Un gol
contra el Patriarcado ¡Huelga de cuidados!
Ya es marzo y casi ocho, antes que se llegue esa fecha que en el mundo y
en cada rincón significa algo, quiero ser clara, no, clarísima.
No me regales flores, ni me dediques pensamientos de colores e ideas
ambiguas, ni me dediques canciones con mensajes estúpidos, ni me mandes fotos, vídeos, pelis o artículos con mensajes
subliminales de violencia o micromachismos incrustados.
No gastes dinero del erario público para celebrar a mi nombre, la
“fiesta de las mujeres”, ni publiques panfletos superfluos, ni repartas migajas
solidarias, ni hagas discursos vacíos de acciones justas.
¡Hey! Y ni se te ocurra hacer discursos revolucionarios, la revolución
nos ha explotado, nos ha utilizado, nos ha subestimado, nos ha proporcionado
más de lo mismo. Las revoluciones peneanas no contemplan a las mujeres como
sujeto político, en sus revoluciones somos una especie de artefacto multiuso,
nada más. ¡Una mierda!
No hagas nada, tú ya eres el problema en sí mismo y todo lo que hagas me
ofende, me acosa, me lastima, me trata de la patada.
¿Sabes que una flor hoy, es la ausencia de los otros trecientos sesenta
y cuatro días, y que un discurso, es un
arma de doble filo, y que una acción pagada con mis impuestos, es una patada a
mi capacidad de discernimiento?
Ya es marzo y ya casi ocho, en estos años de lucha, me he sentido más
veces ofendida que alagada, más veces frustrada que triunfadora, más veces
encachimbada que feliz. Y no ha sido por mí, realmente soy feliz y vivo cada momento
como quiero, como puedo y sobre todo, lucho por vivir como la ligereza del
viento, la fluidez del agua, y la rabia de la tierra. El sol sopesa mi estado.
Ha pasado otro año y las 17 siguen presas, han liberado una, pero hay
otras en el anonimato. Las mujeres de Nicaragua seguimos teniendo penalizado el
aborto, siguen violando y haciendo parir a las menores, las obligan a casarse
son su agresor, siguen los feminicidios por doquier, siguen las mujeres
tapadas, sigue la extirpación del clítoris, seguimos ganando menos, seguimos
ocupando menos cargos públicos y sigue un largo interminable contra nosotras.
Sigo viendo en los medios de comunicación, la cosificación de las
mujeres, el consumismo de la trata y de la prostitución, la regulación y
restricción del derecho a decidir de las mujeres, las represalias por
protestar, ay no, es que no soporto que me insultes con tu patética “buena
intención”
Otra vez, es casi ocho, ese día no lo celebramos con cuetes y bombas por
ser el día de la mujer, ese es un día es de resistencia, de protesta y de
catarsis.
“Día de la mujer” y el resto del año, te hacen la vida añicos, paren
cualquier cosa para ofenderte, para anularte, para obligarte a seguir en su
redil. No me felicites, mi me mandes flores, ni me dediques esas canciones
románticas, o esas frases decoradas de rejas invisibles.
Este marzo y todo los marzos de lucha que he tenido la oportunidad de
sumarme, de protestar, de luchar, de gritar, de ser yo, no será diferente, me
sumo a toda las acciones globales para luchar junto a las otras, para ser yo
con ellas, para sentir que somos una y que si joden a una nos joden a todas.
Este marzo, quiero un gol contra sus prácticas androcéntricas, contra el
mercado de los cuerpos de las mujeres, contra sus leyes, contra sus políticas
machistas, contra los feminicidios, contra los forofos machistas, contra el ejercicio de la cultura del miedo,
quiero un gol contra el patriarcado o capitalismo salvaje.
Me hice políticamente incorrecta, desde que me di cuenta que ser mujer
en un mundo de machos, no era tarea fácil. En ese momento perdí el respeto a
todo lo normal y lo correcto, nada de lo que hay creado es para mejorar
nuestras condiciones humanas, todo es para controlar nuestra existencia.
Me hice políticamente incorrecta, desde que se piensa que la ciudadanía
empieza de la puerta hacia afuera, yo digo que empieza desde la cama, desde las
cuatro paredes de una casa. Desde que lo privado en político, desde que soy
persona en desventaja de un poder instalado y vendido como legal, como legitimo.
Perdí con ello la paciencia y las ganas de seguir alimentando su
egocentrismo desmedido e inhumano, me quedo con ellas, con más de la mitad de
la población del mundo que vive al igual que yo, unas siendo conscientes de
aportar a la lucha y también con las atrapadas del sistema, también con ellos
que inteligentemente se dan cuenta que algo anda mal y luchan a mi lado, al
lado de sus hijas, de sus hermanas, madres o compañeras.
Ya es marzo y las mujeres de Territorio domestico se preparan para las
acciones, su lema me encanta y me animó
a retomarlo para escribir esta mañana.
“Un gol contra el patriarcado”
¡Huelga de cuidados!
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