lunes, 18 de agosto de 2014

Es mi líder!

"...Que se le va hacer hija, es un líder" después de hablar con ella largo y tendido sobre abusos sexuales y sobre corrupción, sobre abuso de poder... sentí que me pateo en el estomago y que sus palabras me jodieron las primeras horas de sueño.
Es que si se trata de mi líder, de tu líder, le tienes que aguantar de todo? justificarlo, dejar que dañe un país, a tu gente, al medioambiente?  nivel de conciencia política o de apañamiento delincuencial?
Espero que no me vuelva a llamar y que este como yo que no puedo dormir pensando en su cinismo y ella estará cuestionándose su moral, la ética, aunque en asuntos políticos me da la impresión que hay mucha mierda.

Hasta mañana Nicaragua.

jueves, 14 de agosto de 2014

La policía al servicio de quien? 1ra parte.



Las luchas en las que no puedo estar presente.


Viendo las imágenes de las protestas, ¿a quien cuida la policía, porqué agreden a la gente que quiere vivir  dignamente?  Desde aquí, desde fuera, desde miles de kilómetros, desde el otro lado del charco, desde la comodidad de una buena silla frente a la tele del señor que cuido y del que me escapo unos segundos, para estar con ustedes, la piel se me eriza, el estómago se me estruja, las lágrimas llegan sin ser invitadas. La concentración del poder a favor del capital, no solo leyes, también policías?
Los derechos humanos de las mujeres son una bandera que nunca debe ondear en las tribunas del estado.
Aquel hombre de palabra casi muerta,  narizón, de escasos pelos, de ojos apagados y medios achinados, o ¿abotagados será? Siempre ha gobernado, ha manejado sus masas como péndulos a su disposición. Reflexionando y viendo detalles de mi fanatismo revolucionario juvenil creo que fui una péndula. Un día pensé que era un dios y lo grite con toda sus letras. Me daba vergüenza cuando mis amigas me lo recordaban, pero eso fue mucho después, todo paso cuando me di cuenta que mi vida tenía sentido, que tenía derechos y que en el partido de gobierno solo vives un ilusión de igualdad.
Ese hombre siempre ha odiado a las mujeres.
La violación de aquella niña de 11 años se quedó en el olvido de los tribunales, de los líderes revolucionarios, de los militantes sandinistas, de los péndulos seguidores.
La participación de la mujer en el proceso revolucionario era necesario, para vitalizar los intereses de los señores del poder, no para cambiar la realidad carente de derechos humanos de las mujeres.
Aquel hombre en una de las tarimas de Managua en los ochenta dijo convencido con mucha alegría, “Las  mujeres deben parir los cincuenta mil héroes y mártires que cayeron en esta guerra” la educación sexual, el uso de métodos anticonceptivo y el aborto tampoco existían en aquellos días.
La guerra no termino, solo se replegó a los hogares de los contras y de los sandinistas, las víctimas eran mujeres y niñas. El fin de la guerra regreso a los hombres al poder y a las mujeres al hogar o al nuevo escenario de guerra.
Aquel hombre sin alma, digo sin alma porque yo lo veo muerto desde que se esconde detrás de sus muros, escondiéndose de la diosa que tiene los ojos cubiertos. Sin alma, cuando derogó junto a los otros, la ley del aborto terapéutico, cuando persigue a las feministas, cuando crea un decreto para plancharse la ley 779 esto solo refiriéndome al acérrimo odio a las mujeres.
Ese hombre siempre ha odiado la Naturaleza.
La naturaleza es muy amplia, también muy inteligente,  abarca la vida y nada es independiente, todo está interconectado.  El hombre se cree inteligente, pero desde que perdió la parte humana, lo supera cualquier animal, aun así no puede alejarse de ella.  
Aquel hombre del que no se sabe nada bueno, del que manipula las masas a su antojo, del que ríe desde un afiche, del que dice adiós y es incendiario, del que tiene dos ojos de frente y toda la fortuna en sus bolsillos, del que gobernó desde abajo y minó a todo dios, del que está en la cúspide, del que gobierna a punta de dedo.
Ese hombre que creí dios, cuando era una fanática desorientada, ese que con su pie izquierdo pisa el cuello de mi tierra, del que ahorca poco a poco, del que la vende a trocitos, del que regala la soberanía a sospechoso imperio chino, de ese que hereda los hijos de sus hijos los bienes de su pueblo, ese que odia eternamente a las mujeres.
La naturaleza es tan sabía que hasta la sequía llega sin ser invitada, al igual que mis lágrimas de rabia e impotencia llegan mientras escribo. Tan sabia, que los ríos serán de piedra, el pacífico podrá saludar al atlántico y los hijos de nuestros hijos podrán verlo desde las pocas alturas que queden. La minería será una aberración ecológica, el Cocibolca recupera su autoestima, el Canal de los chinos será un sueño y las represas una mala palabra.  
Los vientos  cálidos, soplan sobre de Managua. Parece todo tranquilo, caliente pero normal, un día común y corriente. El viento desaparece, las hojas de los arboles no se mueven, parecen dormidas, posando para mí, y descansando unas sobre otras.
Lo que llega a mis oídos no me lo creo, la naturaleza es tan  sabía que alguna vez la subestime, bueno muchas. Claro después de tanta quietud, un ligero temblor, parecía si navegábamos en un barco de velas , podía sentir las olas bajo mis pies. La ciudad danzaba a un ritmo agradablemente miedoso, es correcto decir eso?
La Ya daba la noticia. “Terremoto de 8.9 en la escala de Rishter, cambia la geografía de la casa presidencial” como siempre pensé esto no puede ser, no lo sentimos fuerte, para como estamos acostumbrados, la señal de la radio se calló, el pueblo empezó a correr, vamos, vamos, corrimos juntas, no sabíamos para dónde íbamos pero corríamos juntas, las banderas azul y blanco y de todo los colores se fueron sumando,  ondeaban por toda la calle, el río que estaba seco, era el mar de gente. Nada de lo que hubo, nada de lo que se dijo y se hizo tenía valor. La naturaleza era tan sabia, que el epicentro fue en la casa del presidente. Dos habitaciones habías desaparecido por completo, la tierra se los había tragado, aun no se sabe si aguardan en su tumba infernal o se volatilizaron entre el azufre.
Aún sigo buscando la señal de la Ya, seguro que ha perdido también la brújula de la sintonía, en la asamblea nacional, reino el caos y con el río de banderas. El aire soplo sobre las masas, las aguas se separaron.
¡Nicaragua el Libre!

Recupere la conciencia y vuelvo a la realidad, sigo en la silla, ya no quiero ver esas fotos de los cascos azules, de los agresores de mi pueblo. Les sigo desde este otro lado del charco.